- Infovaticana
‘No voy a pedir perdón por ser católico, no podemos renunciar a nuestra libertad’
Enrique Cabrera, párroco de Nuestra Señora del Enebral en Collado Villalba, se enfrenta a la persecución de PSOE, Podemos e Izquierda Unida por defender la doctrina católica y condenar la ideología de género. Estas formaciones presentarán una moción en el pleno del ayuntamiento para reprobar sus palabras.
La libertad de expresión de los católicos está siendo atacada de forma sistemática por quienes pretenden imponer un pensamiento único. Así lo demuestra lamoción que PSOE, Podemos e Izquierda Unidapresentarán esta tarde en el pleno del ayuntamiento de la localidad madrileña de Collado Villalba contra el párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Enebral, Enrique Cabrera.
Estas formaciones pretenden que el Ayuntamiento de Collado Villalba repruebe a este sacerdote por recordar durante una homilía el pasado 13 de junio las enseñanzas de la Iglesia sobre la homosexualidad y la transexualidad y por atreverse a cuestionar la ley de transexualidad aprobada hace unos meses por la Asamblea de Madrid.
Sus palabras de condena a la ideología de género le han costado a este sacerdote -igual que les sucediera al cardenal Antonio Cañizares y a los obispos de Getafe y Alcalá de Henares- una auténtica persecución mediática que ahora ha llegado hasta el pleno del ayuntamiento de la localidad en la que ejerce como párroco.
‘No podemos renunciar a nuestra libertad’
En conversación con INFOVATICANA, Enrique Cabrera ha asegurado que mantiene la alegría y la paz a pesar de los ataques recibidos y ha recordado que todo lo que dijo en su homilía se adhiere a las enseñanzas de la Iglesia y las declaraciones realizadas por los obispos de Alcalá de Henares, Getafe y San Sebastián.
Respecto a una posible rectificación de sus palabras, este sacerdote señala que puede pedir perdón por sus propias faltas o pecados pero nunca por decir lo que enseña la Iglesia. “No voy a pedir perdón por ser católico, yo soy un sacerdote católico que enseña la doctrina católica”, ha declarado, al tiempo que ha defendido que su público no es la dictadura del relativismo sino “Jesucristo, que dio su vida para que anunciemos la verdad que hemos recibido”.
“No podemos perder ni renunciar a nuestra libertad, no podemos plegarnos ni arrodillarnos ante el paganismo ni ante la dictadura del relativismo”, ha afirmado el párroco Nuestra Señora del Enebral, que no ha dudado en poner de manifiesto la persecución que sufren los que se atreven a cuestionar los postulados de la ideología de género.
‘Quieren convertir en delito la libertad de expresión’
En su homilía durante las fiestas de San Antonio, este sacerdote señaló que las personas no tienen género, sino sexo, y criticó por esta razón el artículo 4 de la ley de transexualidad madrileña que afirma: “Toda persona tiene derecho a construir para sí una autodefinición con respecto a su cuerpo, sexo, género y orientación sexual”.
También advirtió sobre el peligro de “dedicarse a un bricolaje anatómico imposible” -en relación a la transexualidad- y recordó que “el hombre no se crea a sí mismo” y que la voluntad humana no crea la realidad. “Cuando el hombre juega a ser como Dios, se destruye, se autodestruye, de forma inexorable”, afirmó.
“Al poder de turno, cualquiera, no le interesan las familias sanas y fuertes, sino las personas solitarias y desvinculadas, frágiles y vulnerables, es decir: fácilmente domesticables”, puso de manifiesto Cabrera, que también advirtió sobre la intención de convertir en un delito el ejercicio de la libertad de opinión y de expresión cuando no coincida con el pensamiento relativista.
A continuación, un fragmento de la homilía del párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Enebral en la fiesta de San Antonio:
Desde esta atención a la actualidad, quería comentar una Ley, aprobada hace muy poco por la Asamblea de la Comunidad de Madrid, este 17 de marzo de 2016. La llamada “Ley de Identidad y Expresión de Género”, también llamada Ley de Transexualidad. Que parece como si este fuera el gran problema social que padecemos en estos momentos, y que esta fuera la tremenda demanda social en que vivimos.
El primer detalle es recordar que las personas no tenemos género, género tienen las palabras, pero las personas no tenemos género, tenemos sexo, que puede ser masculino o femenino.
Bien, pues dice esta nueva ley en su artículo 4: “Toda persona tiene derecho a construir para sí una autodefinición con respecto a su cuerpo, sexo, género y su orientación sexual. La orientación, sexualidad e identidad de género que cada persona defina para sí, constituye uno de los aspectos que forman su dignidad y libertad”. Es la frase clave de esta Ley.
Ley que está expresando la llamada Ideología de Género, que afirma que cada uno se puede fabricar la realidad a su medida, como si fuese un chicle: yo no recibo el ser hombre o no recibo el ser mujer de parte del Dios Creador, ni dentro del proyecto bueno que Dios tiene para mí, sino que yo elijo ser hombre, o yo elijo ser mujer, a mí medida y según me apetezca.
Pero esta nueva ley se olvida de que el hombre no es sólo una libertad que él se crea por sí solo, el hombre no se crea a sí mismo; es espíritu y voluntad sí, pero también es naturaleza. Y yo no me creo a mí mismo.
Lo que hay detrás es el presunto derecho a que yo me defina a mí mismo, y que yo defina mi sexo, si quiero ser hombre o mujer.
Pero el cuerpo no es algo de quita y pon, soy yo, yo soy cuerpo y soy alma integrados. Aquí hay una concepción unitaria integrada, en la que no se separa el cuerpo del espíritu. Pero estos piensan que yo con mi cuerpo, puedo prescindir de él, y lo puedo cambiar o moldear a mi voluntad.
Y por desgracia, una parte de la medicina deja de ser terapéutica, y en lugar de dedicarse a investigar la enfermedad, e investigar nuestras enfermedades para curarnos, así pierde recursos y pierde tiempo, para dedicarse a un bricolaje anatómico imposible, para dedicarse a un tuneado anatómico imposible, porque yo, por ejemplo, por mucho que entre en un quirófano, nunca llegaré a ser madre…..
En nuestra concepción cristiana, cuerpo y el alma están integrados, referidos uno al otro. Pero por el contrario, dice esta nueva Ley: “Todo ser humano tiene derecho a definirse a sí mismo como hombre o como mujer..” ¿Pero cómo vas a tener un derecho contra tu cuerpo? Un cuerpo que no puedes anular ni ignorar.
Detrás de esta ley hay una absolutización de la voluntad del hombre. Pero, ¿mi voluntad crea la realidad? Pues no es cierto. Mi voluntad no crea la realidad, la realidad estaba antes que mi voluntad.
Y si mi voluntad decide que ahora es de noche, ¿acaso por eso lo sería? ¿Y si mi voluntad decide que ahora es invierno? ¿Desde cuándo mi voluntad establece la realidad, desde cuándo mi deseo establece la realidad?
Y es que uno de nuestros peores engaños es la autosuficiencia. Creer que yo puedo construir mi vida desde mí mismo. Estamos jugando al “ser como dioses”. Junto a la Ideología de Género, por la que yo decido desde mi voluntad si quiero construir mi vida como hombre o como mujer, está la Ideología del deseo, del “seréis como dioses”: lo que yo quiero y deseo se convierte en la medida de la verdad y de la realidad. Pero ante todo esto, cuando el hombre juega a ser como Dios, se destruye, se autodestruye, de forma inexorable.
Para estas leyes, una persona, negando su anatomía, su naturaleza y su biología, puede decidir, autodefinir, su sexo, con la consecuente destrucción de la familia, del sentido del Don de Dios que has recibido en tu naturaleza masculina o femenina, y que te sitúa en el Plan que Dios tiene para ti, esta pretensión de querer uno mismo autodefinirse al margen de nuestra naturaleza, es una consecuencia de una sociedad enferma y decadente, que ha perdido el sentido de la realidad.
Y así uno ya no se entiende como padre, o ya no se entiende como madre, que te da una misión concreta, y te da un sentido para vivir, dentro de una familia fuerte, sino desde la autoelección: yo de forma caprichosa elijo el sexo y género que quiero ser.
Y es que con frecuencia, al poder de turno, cualquiera, no le interesan las familias sanas y fuertes, sino las personas solitarias y desvinculadas, frágiles y vulnerables, es decir: fácilmente domesticables.
Pero naturaleza y biología se nos impone desde el realismo, y como cristianos, desde el designio bueno, desde el plan y el proyecto bueno de Dios para con nosotros, en la mayoría de vuestros casos: como padres y madres, como constructores de familia y sociedad, de cultura y de vida.
Y también, para nosotros cristianos, la diferencia de sexos no es lucha ni antagonismo, sino que es riqueza, es posibilidad, oportunidad, llamada a la comunión, no a la rivalidad, sino a la unidad, a una unidad complementaria, en la que en el matrimonio engendra la nueva vida humana, surge y nace la nueva vida humana, llena de belleza y dignidad innegociable.
Nosotros los cristianos hablamos de igualdad en la diversidad, entre el varón y la mujer, identidad e igualdad en cuanto a la dignidad del varón y de la mujer, pero diversidad entre ellos en cuanto a su misión y tarea. Incluso me atrevería a decir, en cuanto a esa igualdad en la dignidad, que podemos pensar que la dignidad de la mujer podría ser un peldaño más alta incluso que la del varón, desde ser solo la mujer la cuna de la vida, desde el don sagrado de su maternidad.
Por eso, frente a esta Ideología de Género, la realidad es testaruda, la realidad es lo más testarudo que existe. De forma que si yo voy en un avión, y resulta que ese avión se estrella, y solamente encuentran de mi la uña de un pie, al analizarla, sin ningún margen de error, podrán decir: esta uña pertenece a un ser humano, y un ser humano de sexo varón, o de sexo mujer. Estamos hechos así.
Mención aparte merece la entrada de estas nuevas Leyes en el Sistema Escolar y educativo, la perversión de la Ideología de Género, para transmitir a los niños el mensaje de que: “El sexo no se tiene, sino que el sexo se escoge”. Y de que por tanto, los niños tienen que probar, probar, y ver cual les gusta más, y escoger el que quieran.
Esto es exactamente lo que les faltaba ya a nuestros adolescentes y jóvenes, como no les tenemos poco desorientados, desorientarlos más todavía…
Por un lado, esta pretensión se pone en su sitio simplemente cuando uno está en una cafetería, un cine, un aeropuerto o cualquier espacio público, y tiene que entrar en el cuarto de baño. En función de su biología, naturaleza y anatomía sabe muy bien en que cuarto de baño tiene que entrar, y no en función de su voluntad ni deseo.
Por otro lado, ante este avance legal de la ideología de Género, que destruye la familia y el sentido de familia, y que por lo tanto, la familia, como célula fundamental de la sociedad que es; pues estas leyes lo que hacen entre otras cosas es debilitar y erosionar nuestra sociedad. Y si yo fuera un islamista radical, que haberlos haylos, y no muy lejos de aquí, ante estas nuevas leyes me estaría partiendo el esternón de risa, y frotándome las manos mientras pienso: “Ya queda menos para que estos vuelvan a ser nuestros”.
A veces otras culturas no nos tienen ningún respeto, cuando les mostramos el carácter enfermo y decadente de nuestra sociedad. Y lo peor de todo es que a veces tienen bastante razón. No solamente las personas pueden enfermar y suicidarse, también lo pueden hacer las culturas y las civilizaciones como la nuestra.
¿Cuál es en nuestro país el lugar más peligroso para la vida de un niño, y con diferencia? ¿Cuál es el lugar más peligroso para la supervivencia de un niño? Pues estadísticamente y sin ninguna comparación, el lugar más peligroso para un niño es el vientre de su madre. Y esto además, esta estadística, por segmentos de edades, se puede disparar.
Aquí también nuestra sociedad muestra su cara más decadente y enfermiza, cuando piensa que un niño es una amenaza para mi comodidad, es una amenaza para mi egoísmo. Y así estamos en los 100 mil abortos por año.
Y es que está claro que el aborto no es de izquierdas ni de derechas, prueba de ello es que muchas personas de izquierda están en contra de él.
Ideología de Género y Aborto son dos de las más importantes expresiones del Relativismo social y cultural en el que nos encontramos, dos de los mayores signos de la Cultura de la Muerte en que vivimos.
Acontecimientos que no salen gratis, y que nos están abocando al Invierno demográfico, a la catástrofe demográfica en que nos encontramos. Y que es la expresión de una cultura Sin Esperanza. Porque un mundo sin Dios, es un mundo sin esperanza.
Y es que se comienza por el olvido de Dios, por darle la espalda a Dios, pues en Dios se encuentra toda la razón de nuestra vida, de nuestro origen y de nuestro destino. Se sigue por el Desarraigo Existencial, pues una vida sin origen ni finalidad, entra en una angustiosa crisis de sentido, y se entra en la crisis del sentido último, y se desemboca con el Desarraigo Moral, que acaba en el individualismo egoísta, en el egoísmo existencial, en la mera búsqueda del placer egoísta, y en ver a los otros como cosas de usar y tirar, igual que los klineex.
¿Qué será necesario para que descubramos a Dios nuevamente y que Dios no me llama para que mi vida sea menos, sino para que sea más?
Y es que la imagen de una persona relativista, es la imagen de una persona sentada en la rama de un árbol, que está con una sierra, cortando la rama sobre la que se encuentra sentada sobre el vacío.
Pero todavía es peor cuando del relativismo, pasamos a la dictadura del relativismo. Cuando se quiere convertir en un delito el ejercicio de la libertad de opinión y de expresión, cuando no coincida con el pensamiento relativista.
No estoy hablando de músicas celestiales, la semana pasada el cardenal de Valencia, Antonio Cañizares, que le conozco bien, porque fue profesor mío, hizo referencia al peligro del relativismo y de la ideología de género. He hizo una llamada a la Objeción de Conciencia. Un elemento básico de la democracia. Ni ejercerla ni reclamarla puede ser considerada un delito, o algo contrario a la libertad.
El cardenal no ha hecho más que esto, denunciar en función de su derecho de ciudadano libre, a expresarse públicamente, y a la vez en su derecho y obligación de pastor, de iluminar las conciencias de sus fieles, siendo totalmente coherente con la enseñanza de la Iglesia. Y le han dado palos como para hacer un fuerte. Como que ha sido denunciado por unas cuantas asociaciones civiles, y partidos políticos del Parlamento regional valenciano, dónde ha sido insultado, y donde se ha querido votar una moción de censura y reprobación contra él, además del linchamiento mediático.
Pero ahora, eso sí, aquí hay dos varas de medir. Cuando un cardenal lo dice le machacan, pero la alcaldesa de Barcelona, ha dicho públicamente que “hay que desobedecer leyes que a ella le parecen injustas”, y no la ha pasado nada.
Estos son dos varas de medir, parece que la libertad de expresión es solo para unos, y que los derechos son solo para unos, y que para los demás son solo las obligaciones. Como dijo un obispo de Estados Unidos: si la cosa sigue así, yo posiblemente muera en mi casa, mi sucesor posiblemente muera en la cárcel. Y su sucesor, posiblemente morirá martirizado.
Occidente, nuestra cultura occidental, se ha construido sobre dos pilares desde hace dos mil años: La fe y la razón unidas de forma inseparable. Debilitada la fe, la razón no permanece inalterable, sino que es arrastrada y dañada por el debilitamiento de la Fe. Como vemos por estas nuevas leyes, que no es que vayan en contra de la Fe, es que van en contra de la razón.
Dios tiene caminos que para nosotros hoy son insospechados. Y Dios es mucho más grande que nuestras pequeñas medidas. Pero también Dios quiere elevar al hombre contando siempre con el hombre, y para eso Dios llama y sigue llamando, para que seamos constructores del Reino de Dios y de la civilización del amor.
Solamente allí donde Dios es reconocido como Dios, allí el hombre es también valorado y reconocido en toda su grandeza y dignidad innegociable. Este será siempre el mejor negocio de nuestra vida: Buscar a Dios, encontrar a Dios, que se ha hecho hombre como nosotros en Jesucristo, y vivir en esa vida nueva y esa plenitud a la que Jesucristo nos invita. Este es el secreto de los santos. Este fue el secreto de San Antonio de Padua.